lunes, 14 de junio de 2010

SALUD MENTAL Y PERSONAS SIN TECHO


EXPOSICIÓN SOBRE SALUD MENTAL: BULIMIA Y ANOREXIA

El día 1 de junio, al igual que en sesiones anteriores, tuvieron lugar dos exposiciones, tratándose en este caso de dos temáticas totalmente diferentes: “Salud Mental” y “Personas sin techo”. La primera de ellas fue la referente a Salud mental, por lo que, seguidamente pasaré a comentar varios de los aspectos tratados en la misma:

Lo primero que mencionaron los compañeros para comenzar con la exposición era que al ser el tema de la Salud Mental un campo tan amplio, habían decidido centrarse principalmente en los trastornos alimentarios, sobre todo en la anorexia y la bulimia, ya que, según señalaron, se trataba de una de las problemáticas más extendidas e importantes dentro de este campo, cosa en la que he de decir que coincido plenamente con ellos.

Una vez comentado esto, el grupo nos habló de los principales factores de riesgo existentes en cuanto a dicha problemática, siendo estos genéticos (el cual aun no está totalmente comprobado), psicológicos, socioculturales y familiares. En este sentido, podemos ver como, de entre ellos, el que actualmente está cobrando una gran importancia es el factor sociocultural. Desde mi punto de vista, cada vez es mayor la presión que ejerce la sociedad, induciendo continuamente a las personas (sobre todo a los jóvenes) estar delgados y esbeltos. Estoy harta de ver como, continuamente, los medios de comunicación, especialmente la televisión, venden la idea de que estar delgado va asociado a felicidad, éxito laboral, éxito en las relaciones sociales, belleza, juventud y una mejor calidad de vida. Como es de esperar, y como bien nos explicaron los compañeros durante su exposición, todo ello lleva a que muchas personas, mujeres en la mayoría de las ocasiones, inicien dietas restrictivas que pueden derivar en enfermedades de carácter alimentario como las ya comentadas.

En cuanto al apartado de la legislación, los compañeros nos señalaron que actualmente no hay una legislación exclusiva dedicada a los trastornos alimentarios, sino que queda recogida dentro de la normativa de enfermedades mentales. De esta forma, decidieron aportarnos información acerca del Plan Integral de Salud Mental.

Por otra parte, uno de los aspectos que más llamó mi atención fue la distinción que realizaron entre la iniciativa social saludable y no saludable. Según comentaron, hay muchas personas que no consideran la anorexia y la bulimia como una enfermedad ni un problema de trastorno alimentario, sino como una forma de vida tan normal como otra cualquiera. Incluso nos podemos encontrar páginas Web, tales como Pro-ana y Pro-mía, en las que se promueve ese estilo de vida y se invita a la gente a formar parte del mismo. Sinceramente, creo que debería haber más control acerca de las noticias que se cuelgan en Internet y, sobre todo, poner fin a páginas como éstas, porque, concienciémonos señores, la anorexia y la bulimia son enfermedades y, como tal, deben ser tratadas y no fomentadas.

Seguidamente, los compañeros hicieron referencia a la prevención como la medida más importante para tratar con estas personas. Según comentaron, lo primordial es concienciar a la sociedad e informarlos acerca de esta problemática, quizás así el índice de enfermedades sería mucho más reducido.

En cuanto al papel del educador social en este ámbito, nos mencionaron que no existe tal figura. Como es lógico, este hecho no me sorprendió para nada, ya que, como he podido ir observando a lo largo de todas las exposiciones, esta figura apenas está reconocida en ninguno de los campos de actuación ya comentados. A pesar de ello, decir que, estoy totalmente de acuerdo con los compañeros al señalar que el educador social si que tendría mucho que hacer con respecto a este colectivo, sobre todo, en lo que se refiere al contexto social donde se encuentra inmerso el individuo, la familia, actividades con grupos de autoayuda…

Finalmente, en cuanto a la aplicación práctica, el grupo comentó la experiencia obtenida tras visitar el Hospital Virgen del Rocío. Con respecto a ello señalar que, a diferencia del educador social, el trabajador si que tiene cabida en este tipo de centros aunque si que es cierto que, en lo que se refiere a este colectivo, estos profesionales no trabajan directamente con ellos, sino que lo hacen de una forma más general como con el resto de pacientes.

En definitiva, decir que la exposición me ha gustado bastante, pues me han aportado mucha información acerca de un colectivo del que apenas sabía nada. A mi parecer, ha sido un grupo atrevido, capaz de llevar a cabo una temática muy específica y a la vez delicada de la que estoy segura habrán tenido muchas complicaciones a la hora de abordar ciertos aspectos. Por todo ello, he de felicitarlos porque, a pesar de la complejidad del tema, han realizado una de las exposiciones más claras, completas e interesantes de las todas las que llevo vistas durante del cuatrimestre. ¡¡Felicidades y gracias por la información!!

Aquí os dejo un vídeo sobre la anorexia y la bulimia que me gustaría compartir con vosotros:





EXPOSICIÓN SOBRE PERSONAS SIN TECHO

Como ya comenté con anterioridad, el día 1 de junio también tuvo lugar la exposición de “Personas Sin Techo”. A continuación pasaré a desarrollar varios de los aspectos que, a mi parecer, fueron más relevantes en dicha exposición:

Uno de los apartados más llamó mi atención, dada mi poca experiencia personal con respecto al colectivo, fue el referente al perfil de esas personas. Concretamente, y según comentaron los compañeros, existen dos perfiles: el tradicional, varón 41-60 años, soltero, con poca formación, alcohólico y que lleva largo tiempo en la calle; y el perfil más actual, inmigrantes, drogodependientes, divorciados, jóvenes problemáticos e incluso personas con estudios universitarios.

Por otra parte, y referente a las tipologías, nos ofrecieron información acerca de las distintas personas que viven en la calle, siendo éstos: novatos, los cuales llevan menos de seis meses en esas circunstancias; veteranos, que llevan más de seis meses y, finalmente, crónicos, que son quienes llevan toda la vida viviendo en la calle y que nunca utilizan los servicios de acogida.

En cuanto a los factores de riesgo existentes, nos encontramos con la actitud de la sociedad, el mercado y la falta de atención profesional.

Seguidamente el grupo prosiguió con el abordaje histórico, llegando a la conclusión de que apenas se ha sufrido una evolución con respecto a las medidas asistenciales para este colectivo. Como bien mencionaron se trata de una situación que se mantiene porque lo único que se hace es poner parches al problemas, proporcionándoles cama y comida durante algunas noches pero no se hace nada para arreglarlo, no se busca la reeducación de esta persona para intentar reinsertarla en la sociedad.

Posteriormente, realizaron una entrevista a un compañero de clase que actualmente colabora como voluntario en un ONG ayudando a las personas sin techo, lo cual me pareció totalmente adecuado, puesto que qué mejor forma de conocer cómo se trabaja con esas personas que escuchando la propia opinión de alguien que trata directamente con ellos. Nuestro compañero nos contó que para acerarse a ellos los invitan a un café. De esta forma, conversan y comparten momentos juntos, cosa que, desde mi punto de vista, es totalmente positivo para estas personas, ya que, al menos durante un pequeño momento del día, pueden contar con el apoyo, el cariño y la presencia de alguien que, durante un rato, les hace olvidar la situación ante la que se encuentran. Además, durante esta parte de la entrevista, nuestro compañero fue respondiendo a todas y cada una de las preguntas formuladas por el resto de oyentes acerca de su experiencia como voluntario, lo cual me hizo acercarme mucho más a la verdadera realidad que viven estas personas. Por otra parte, nuestro compañero también decidió aportarnos su opinión acerca de la figura del educador social en un ámbito como éste. Desde su punto de vista, estos profesionales debían de trabajar en los albergues y, de hecho, sabía que ya en alguno aparecía tal figura.

Sin embargo, según comento el grupo mientras exponía, la experiencia que ellos tuvieron con Caritas, es que ningún profesional relacionado con lo social estaba presente, sino que se trataba de un trabajo formado única y exclusivamente por voluntarios.

En este sentido, he de decir que no estoy nada de acuerdo con el hecho de que no se tenga en cuenta la figura del educador social en un campo como este, pues, se trata de un colectivo que por su difícil reinserción en la sociedad necesitan de la intervención de un profesional y, para ello, qué mejor que la intervención de un educador social.

De manera general, decir que, aunque la exposición en sí no ha sido mi favorita, si que es cierto que en todo momento han ofrecido una información adecuada, clara y detallada acerca de una temática, aportando además conclusiones muy interesantes que, una vez más, me han hecho enriquecerme, por lo que, por ello, mi valoración hacia este grupo es bastante positiva.

Par finalizar esta entrada aquí os un pequeño reportaje del programa “Callejeros” sobre las personas sin techo:

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